Oportunidades de conservación de humedales costeros desde una perspectiva de conectividad funcional

El constante crecimiento poblacional y la expansión de las ciudades ha generado que en la actualidad nos encontremos con una situación preocupante para nuestro planeta: la superficie de la Tierra que se encuentra sin intervención humana es cada vez menor. Las actividades antrópicas han modificado sustancialmente los paisajes naturales,  generando que en la actualidad nos encontremos con una realidad paisajística asociada a un mosaico de asentamientos humanos y fragmentos de ecosistemas dispersos (Bennett, 2003).

Entre algunos procesos que han desencadenado esta condición  de transformación y degradación de los ecosistemas es posible mencionar los cambios en la ocupación de suelo por procesos residenciales y/o industriales. Además, el desarrollo de infraestructura para satisfacer las necesidades de las áreas urbanas tiende a separar fragmentos del paisaje natural, destacando la construcción de carreteras, puertos comerciales, etc. En este sentido, es posible mencionar que los procesos de fragmentación y pérdida del hábitat en los ecosistemas son los principales causantes de la pérdida de biodiversidad en el planeta (Crooks y Sanjayan, 2006; Rosernberg, Noon y Meslow, 1997)

Uno de los ecosistemas que se ha visto más amenazado por esta constante de fragmentación y degradación corresponde a los sistemas de humedales,  en especial  los que se desarrollan en ambientes costeros.  Los humedales de costa corresponden a ambientes costeros de transición entre ecosistemas marinos y terrestres, viéndose sometidos e influenciados en gran medida por las masas de agua que fluyen a través de ellos (Niering, 1985).

 

Por sus condiciones particulares es posible identificar a los humedales como uno de los ecosistemas más productivos debido a que proveen más servicios ecosistémicos que cualquier otro ambiente de costa (UNEP, 2006; Bromberg et al., 2009), entre los que destacan el abastecimiento y purificación del agua, control de inundaciones, fuente de recursos acuícolas, etc. (Figueroa, 2010).

Además, entre las múltiples funciones ecológicas de estos ambientes húmedos es posible mencionar las relacionadas con la capacidad para satisfacer la gran mayoría de los requerimientos básicos de los ciclos de vida de la avifauna, tanto en materia de alimentación y descanso como en procesos de reproducción (López-Lanús & Blanco, 2004). Esta condición explica en gran medida la alta presencia de aves acuáticas en estos ambientes, las cuales pueden satisfacer sus demandas de comida o refugio tanto en un humedal específico o en un sistema de redes de humedales, dependiendo de los hábitos y capacidades de movimiento de las aves, y la escala temporal de análisis.

A pesar de que en algunos casos los humedales se encuentran fragmentados y la conectividad estructural o física pudiese presentarse como una limitante para el correcto funcionamiento ecológico de estos ambientes, las especies de avifauna acuática que habitan y frecuentan redes de humedales costeros permiten generar redes de conexión funcional entre estos ambientes. En definitiva, estos ecosistemas pueden funcionar no como hábitats diferentes, sino más bien como un hábitat pero con patrones de fragmentación, dependiendo de la escala espacial con que se analice, en el cual las relaciones bióticas inter e intrahumedales permiten avizorar conexiones funcionales más allá de lo meramente físico.

Conocer los movimientos de aves a través de redes de humedales costeros puede resultar de gran utilidad para el desarrollo de estrategias y planes de conservación de estos ambientes tan degradados. Resulta necesario entonces, analizar estos ecosistemas desde una perspectiva integral vinculando el movimiento de las aves al planteamiento de eventuales corredores ecológicos que resguarden el correcto funcionamiento de los humedales.

Pablo Olivares
Licenciado en Geografía
pablo_92_91@hotmail.com