Distribución desigual y accesibilidad a las áreas verdes urbanas

A pesar de la percepción positiva que existe hacia los espacios verdes al interior de las ciudades, pareciera que esto no se concreta en acciones que materialicen dicha percepción. El desarrollo urbano en Latinoamérica durante las últimas décadas ha transformado y degradado ecosistemas naturales en pos de una urbanización acelerada y descontrolada, generando desigualdades sociales en relación a la accesibilidad de la población urbana a las áreas verdes.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoce el importante rol de las áreas verdes urbanas, las cuales han adquirido una relevancia significativa considerando la creciente población en las ciudades latinoamericanas (Rente & Krishnamurthy, 1998). Las áreas verdes urbanas en Latinoamérica proveen tanto beneficios materiales, como ambientales y sociales. Entre algunos beneficios materiales se incluye la provisión de leña, alimento, especias, forraje, fibras, medicinas y otros productos. Éstos pueden satisfacer necesidades de subsistencia, o ser usados como un medio de generación de ingresos especialmente para comunidades periurbanas de bajos ingresos de las ciudades (Carter, 1993).

En el caso de la ciudad de Santiago, estudios evidencian que el 91% de las áreas verdes urbanas (AVU) tienen tamaño menor a 5.000 m2. Asimismo, las cuatro comunas de más altos ingresos concentran el 32,2% de la superficie total de las áreas verdes, mientras que las cuatro comunas más pobres sólo tienen el 4,1% (Reyes & Figueroa, 2010). Esto evidencia una clara desigualdad en la distribución y tamaño de las AVU, considerando que desde un punto de vista social, un mayor tamaño de las áreas verdes y de espacios públicos permite la realización de diversas actividades que facilitan la presencia y uso de estos espacios por diversos grupos etarios de la población (adultos, niños, jóvenes). En este sentido, la provisión de zonas diferenciadas es un factor que favorece la interacción entre los grupos y la integración social a una escala barrial o comunal.

Bajo este contexto, es necesario implementar en la planificación urbana una mayor cantidad y calidad de áreas verdes urbanas en territorios urbanizados, y más aún, en aquellos territorios con grados de vulnerabilidad social y ambiental. Un mayor desarrollo y gestión de espacios verdes en comunas de bajos ingresos puede ayudar a mejorar la calidad de vida de muchos habitantes, y a su vez, generar conciencia y educación respecto a la importancia de estos ecosistemas naturales dentro de territorios altamente degradados por el hombre.

 

Carlos Amigo Román
Licenciado de Geografía
c.amigoroman@gmail.com