En Madrid autoridades, planificadores y la sociedad se han propuesto lograr una ciudad sustentable a pesar del alto costo económico que esto puede representar. La operatividad, construcción y mantenimiento de un proyecto de la envergadura de Madrid Río resulta ser muy costoso, debido principalmente a que éste tuvo como punto de partida el soterramiento (construcción bajo tierra) de la antigua autopista que presionaba y asfixiaba ambos lados del Río Manzanares. Esto permitió liberar una superficie de alrededor de 50 ha más casi 100 ha de suelo infrautilizado adyacente a la autopista para la implementación de un corredor verde urbano multifuncional. Con la implementación del mismo se empieza a gestionar de manera integral el Río Manzanares, es decir, se conecta a la sociedad con el río, aspectos culturales e históricos se convierten en hitos del paisaje ribereño y del paisaje urbano.
Imagen del Proyecto Madrid Río: a la izquierda el sitio de intervención antes del proyecto y a la derecha una proyección de como lucirá al final.
El proyecto Madrid Río ha causado efectos positivos en la calidad de vida de los habitantes de la ciudad, no sólo proporcionando lugares de esparcimiento sino también purificando el aire al capturar CO2 y material particulado y aislando a los visitantes del ruido típico de las grandes ciudades. Además, éste proporciona refugio a flora y fauna, brinda grandes espacios con características naturales de gran valor educativo y científico, alberga viveros para producción de especies frutales y nativas a orillas del río. Como si eso fuera poco Madrid Río acerca a las personas a sitios con herencia cultural y brinda a la ciudad paisajes de belleza escénica con potencial recreativo, deportivo e histórico.
Es obvio que la ciudad de Santiago posee destacados atributos paisajísticos que permitirían generar un proyecto como el desarrollado en Madrid pero ¿estará la sociedad chilena dispuesta a pagar los altos costos que representa tener un proyecto de tales dimensiones y complejidad? Madrid Río tuvo un presupuesto de 370 millones de euros, entre el soterramiento y adecuación de la superficie, el cual fue financiado por el Ayuntamiento de Madrid – vía impuestos – (42,85%), el Gobierno de España (54%) y por fondos europeos (3,15%) Tal vez con el paso del tiempo tome cierto tinte de obligatoriedad desde el sentido común adoptar este tipo de medidas debido a la necesidad urgente de grandes espacios verdes con múltiples objetivos en las ciudades chilenas.
Realizando un análisis específico en Santiago es posible observar que la visión del proyecto Madrid Río, en ciertos aspectos, se contrapone con lo que platean los proyectos Mapocho 42km y Mapocho Pedaleable. Esto debido esencialmente a que en Madrid se proponen realizar un proyecto de infraestructura verde que cambie significativamente la trama de la ciudad y que reconozca y devuelva la complejidad ambiental, ecológica, social y cultural al río y su paisaje ribereño, mientras que, hasta donde se sabe, en Santiago el objetivo de estos proyectos es principalmente recreacional y transporte no motorizado.
Entonces, es posible pensar que sería pertinente replicar ciertos aspectos del proyecto madrileño como la planificación multidisciplinaria de espacios verdes lineales y la visión próspera de una ciudad sustentable de tal forma de aprovechar de mejor manera la inversión a realizar en forma de espacios verdes multipropósito, que quizá con costos adicionales marginales puedan ser diseñados e implementados para proveer también servicios ambientales y ecológicos.
Finalmente, convendría visualizar proyectos como un hipotético “Mapocho Río” como parte de una gran red de corredores verdes metropolitana y regional donde se incluyan también otros elementos lineales del paisaje tales como rieles de tren en desuso, parques lineales, franjas de protección por riesgos, rutas históricas y otros.
Benjamín Ludeña G.
Biólogo – Universidad del Azuay – Ecuador
Tesista – Magister en Gestión y Planificación Ambiental – Universidad de Chile
Corredores Verdes – Proyecto FONDECYT 1130311